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Parroquia Nuestra Señora del Santísimo Rosario
Parroquia Nuestra Señora del Santísimo Rosario.

HISTORIA DE MONTEROS

Monteros tal como lo conocemos hoy, con sus calles y manzanas y su trazado regular, nació el 28 de Agosto de 1754, cuando el Gobernador de las Armas, Don Felipe Antonio de Alurralde, como apoderado de los monterizos, tomo posesión de los terrenos de la actual Ciudad, "en un día claro y sereno como a las cuatro de la tarde".

Ese día nació como una comunidad organizada, pero mucho antes había comenzado a formarse como un caserío o poblado pequeño. Su nombre le vino del hecho que los apellidos Montero eran mayoría en la zona. Sin embargo su origen y el origen de su nombre dio lugar a numerosas versiones de una imaginativa leyenda. Ella supone que Monteros fue el fruto de una rebeldía de los pobladores del antiguo San Miguel, quienes en 1685 se habrían negado a trasladarse al nuevo sitio de La Toma.

Una variante de esa leyenda agrega que el nombre de la villa se debe a que los primitivos habitantes debieron refugiarse en los montes vecinos. De tal hecho habrían cosechado el apelativo de "monteros", es decir aquello que vive o se cría en el monte.

Otra versión es la del Concejo Deliberante de Monteros, el cual en 1935 declaró que "habitantes de la primitiva Ciudad de San Miguel de Tucumán fundaron Monteros el día 4 de Octubre de 1685 con la denominación de Ciudad del Santísimo Rosario de los Monteros". Esta peregrina afirmación quedó registrada en el Libro de Actas del Cuerpo, Año 1936, páginas 5 a 8, y de esa tesis quedó hasta hoy una calle 4 de Octubre, en el barrio Monteros Viejo.

La primera investigación formal de la historia de Monteros fue realizada por la profesora María Hilda Montaner, cuyo trabajo fue premiado en el Primer Congreso de Historia de los Pueblos de Tucumán, en 1950. Allí sostiene que Monteros nació de algunas de las estancias del antiguo San Miguel de Tucumán, lo que se considera lo más probable. Un gran aporte al conocimiento de la historia de la Ciudad lo hizo el historiador Tulio Santiago Ottonello en su libro "Breve Historia de Monteros", publicado en 1988.

Monteros es nombrado por primera vez como pago, lugar o estancia en 1711 y vuelve a cobrar notoriedad en 1719 en que se produce el "Milagro de la Virgen del Rosario" lo cual hizo que Monteros sea conocido en toda la Provincia. La fiesta fue cobrando importancia y años más tarde ya tenía una duración de varios días, ésta era un regocijo popular, al punto que Monteros se convirtió en el pueblo más importante del interior de la Provincia de Tucumán. En 1745 el Cabildo intentó prohibirla, porque según su opinión, la misma daba lugar a excesos.

El 15 de Agosto de 1780 se construyó la Parroquia de Monteros, su primer párroco fue el Dr. Diego Miguel Aráoz, durante su gestión se edificó la antigua Iglesia, que estuvo ubicada en el mismo sitio donde hoy se encuentra la actual.

Dos gobernadores tucumanos nacieron en Monteros, Bernabé Aráoz (federal) y Francisco Javier López (unitario). Ambos murieron fusilados.

Monteros tuvo activa participación en la Batalla de Tucumán, ya que Bernabé Aráoz contribuyó con tropas y efectivos para reforzar el ejército de Belgrano. También fue importante la contribución del Dr. Aráoz, sacerdote de Monteros, y de muchas personas de esta Ciudad, algunos de los cuales dejaron su vida por defender la Patria.

El 17 de Julio de 1843, nació en Monteros Julio Argentino Roca, quien fue el primer presidente que cumplió dos períodos completos.

En 1847 nace también en Monteros, Electo José Urquiza, fundador de Los Toldos, Provincia de Buenos Aires (lugar donde nació María Eva Duarte de Perón).

Desarrollo Urbano

Plaza Bernabé Aráoz
Plaza Bernabé Aráoz.

A partir de 1754 el crecimiento de Monteros se aceleró ocasionando una gran subdivisión de la tierra por particiones hereditarias. Esto dio lugar a que el territorio fuese más poblado, constituyéndose la villa en el principal centro de actividad y ya en 1775, en una población importante.

Debido a la significación que poseía la Iglesia de la época, la Ciudad de Monteros se constituye, en 1780, en la cabecera del curado del mismo nombre, cuya jurisdicción llegaba desde Río Chico hasta El Manantial y desde la montaña hasta el Río Salí.

En 1885 se produce la llegada del ferrocarril como transporte de la caña de azúcar.

Los cultivos y la cosecha demandaban gran cantidad de mano de obra permanente y estacional, lo que produjo grandes flujos de migraciones internas y de otras Provincias.

La población permanente se estableció en el pueblo distribuyéndose alrededor de la fábrica y en colonias junto a los campos de cultivo.

La población estaba constituida fundamentalmente por fleteros que transportaban la leña desde los obrajes en carros tirados por mulas o bueyes y operarios que trabajaban en el canchón del ferrocarril aserrando, partiendo y cargando la leña.

Todo el tráfico de productos e insumos que demandaban las fábricas y la población, se canalizaba a través del ferrocarril originando una creciente actividad comercial y de servicios.

Es desde 1950 cuando el transporte automotor cobra importancia, en la medida en que la pierde el ferrocarril, perdiendo vigencia la leña como combustible.

La industria azucarera mantiene una estructura productiva que se ha comportado anacrónicamente con relación a los cambios producidos en las relaciones sociales y de mercado.

Las continuas intervenciones del estado culminan en la década de 1960 con el cierre de 11 de los 27 ingenios que conformaban el CAMS.

El Ingenio Ñuñorco mantiene su estructura productiva y sigue funcionando como polo de producción y empleo de operarios, aún cuando los cambios introducidos, incorporación de tecnología en la fábrica y mecanización en los cultivos y en la cosecha, dan lugar a una sensible disminución de la mano de obra.

Los primeros amanzanamientos corresponden a los alrededores de la plaza, 1754.

Entre 1775 y 1780 se acelera su crecimiento en el sector comprendido entre el Arroyo El Tejar y algunos asentamientos al Este de la actual Ruta 38.

Entre 1780 y 1885 se producen asentamientos en los alrededores del actual emplazamiento del ingenio, con la llegada del ferrocarril.

Desde 1950 a la actualidad, con el transporte por carretera y la construcción de la Ruta 38, se consolida la tendencia al crecimiento y su estructuración en el sentido N - S, crecimiento que se vió limitado al Norte por el Río Romano como barrera física y el Arroyo El Tejar hacia el Oeste. Éste último fue sorteado a través de puentes para conseguir continuidad en la trama.

Las últimas tendencias de crecimiento están representadas por localizaciones del Instituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo Urbano en el sector Sur y algunas ampliaciones en el sector correspondiente al Este de la Ruta 38.

Los últimos barrios realizados en la Ciudad se encuentran hacia el Oeste de la misma, muy cercanos a las márgenes del Río Mandolo, corriendo riesgo que ante las crecidas de éste se puedan inundar; lo que ya ocurrió con uno de ellos, Barrio Modelo, en el año 2001. Esto marca la necesidad de un plan de desarrollo urbano en donde se tenga en cuenta todo lo concerniente a una comunidad segura.

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