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Al evaluar los datos del Diagnóstico de Situación nos encontramos con una realidad compleja y problemática. El área cuenta con población que se considera rural y con otra que puede definirse como urbana. La población rural del área es la que mayor dificultades tiene para acceder a los servicios de salud, a lo que hay que agregar mayores necesidades de salud y diferentes condiciones de vida. Además hay que agregar que gran parte de la población rural depende económicamente de la industria azucarera, y debido al carácter cíclico de la misma, su situación ocupacional es inestable.

Es muy importante la prevalencia de patologías asociadas a la pobreza y el bajo nivel económico, así también como la enfermedades cardiovasculares, las ETS, la gran cantidad de accidentes de tránsito y las relacionadas con tóxicos ambientales.

A nivel del área operativa los indicadores de nivel de salud de la población muestran valores menores al promedio provincial. Sin embargo, se aprecia que los valores absolutos de los mismos superan ampliamente los valores deseados.

Los recursos en salud cuentan a nivel del subsector público con una extensa red de servicios, que incluyen dos hospitales, nueve CAPS dependientes del SIPROSA, cinco dispensarios municipales y dos dispensarios comunales. Sin embargo la red de salud en muchos casos no es capaz de resolver con la calidad adecuada las demandas de salud de la población. En cuanto al personal se debe destacar la heterogeneidad en cuanto a su capacitación profesional, siendo éste un punto a mejorar en el futuro.

Pensamos que la situación dista mucho de ser la ideal. El nivel de salud de una población no depende solo de lo que un sistema de salud pueda generar, sino que en el mismo se involucran factores políticos, sociales y culturales. El futuro nos desafía a generar los cambios necesarios, que en muchos casos llevarán mucho tiempo y esfuerzo, razón por la cual se hace imperiosa la necesidad de comenzar a recorrer de inmediato el camino.